Trump: ¿Fenómeno? ¿Por qué le votaron? : Análisis del mensaje

Fenómeno. Sorpresa. Cambio de paradigma. Impacto. Incertidumbre.Son tantas las palabras que estamos escuchando luego del triunfo electoral en Estados Unidos del Empresario Donald Trump que puede ser difícil entender lo que sucedió.

Trump, empresario, político, personalidad televisiva y escritor estadounidense nacido en 1946, será a partir del próximo 20 de enero de 2017 el Presidente de los Estados Unidos de América.

Trump: ¿Fenómeno? ¿Por qué le votaron? : Análisis del mensaje

Por Anailen Nassif Gopar de URUGUAY 30 – Servicios Integrales de Comunicación www.uruguay30.com

Amanecer con un derrumbe de las bolsas no es una noticia tan fuerte como el hecho de que un hombre ajeno al mundo político, de discurso encendido y sonrisa estética fuera electo en la madrugada de este 9 de noviembre.

Mucho podrá decirse sobre lo que fue la campaña, de su extensión y sus virulentos encontronazos pero en el país más importante del mundo, coincidieron como nunca, los votantes comunes con los votos colegiados. ¿Es un fenómeno?

Quizá sea necesario analizar el papel de los grandes medios de comunicación. Con la manifestación explícita y directa de los más importantes diarios norteamericanos sumados a las cadenas noticiosas y televisivas, excepto Fox que responde a los intereses económicos del electo presidente, el mensaje fue: Trump NO. ¿Por qué? ¿Por el mantenimiento del Establishment? ¿Por la necesidad de tranquilidad del Statu Quo? A la distancia es difícil decirlo, pero probablemente sí.

Pero: ¿qué decía el candidato que hizo tanto ruido? ¿Era molesto el mensaje de Trump?

En los análisis modernos de comunicación es contemplada la fuerza que tiene la utilización de los mensajes que parten de la población y logran instalarse en la agenda pública. Este recurso no suele darse desde los medios. En otras palabras: los medios de comunicación no le dicen a la gente qué pensar, sino sobre qué pensar. Son los que ponen los temas sobre la mesa. Entonces, ¿qué pasó ahora? ¿Los medios tradicionales se olvidaron de que existe Internet? Obama ganó con Internet. Hillary perdió con Internet. ¿Qué pasó?

En el entorno comunicacional de las personas existen tres grandes círculos que hacen a los temas que están en circulación diariamente entre ellos: el INTRA PERSONAL, el INTER PERSONAL y el PÚBLICO.

El primero es donde un tema se habla con otro en la intimidad del “mano a mano”. Una charla personal, por ejemplo, con un integrante del hogar. El segundo, el inter personal, es aquél donde un tema lo hablamos con los vecinos, los compañeros de trabajo, en la calle…el “día a día”. El ámbito público es aquél que trasciende las barreras de las personas comunes y se instala en la agenda de los medios y de los ámbitos políticos. Y aquí está el observado “fenómeno”. Rara vez lo inter personal se vuelve discurso del hombre político (público). ¿Por qué? Porque no todo lo que hablamos con los vecinos es políticamente correcto.

El “caso” Trump bien podría encuadrarse en aquél personaje político, con ambiciones presidenciales, que supo tener un aparato comunicacional lo suficientemente hábil para recabar el mensaje de la calle y ponerlo en su agenda, en su boca, en la campaña. Trump no convenció a nadie: en todo caso le dijo a una gran mayoría lo que quería escuchar.

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Esto es objeto de análisis desde las elecciones norteamericanas de 1972. El exceso de mensajes no asegura el convencimiento del electorado. La respuesta a: ¿por qué la gente vota lo que vota? tiene muchos más componentes afectivos que cognitivos. Probablemente el candidato que sepa llegar más directamente a las cuestiones de la calle, del diario vivir, sea el que tenga más posibilidades de ganar una elección. Y lo que es más novedoso: no necesitará dar soluciones: con saber hacer un discurso que recoja la “sensación” del ciudadano, al ganar, tendrá oportunidad de hacer que su “equipo” de gobierno se haga cargo de solucionar las inquietudes del votante.

Los fenómenos no existen como tal. Son el resultado de la suma de factores.

Valdrá esperar al 20 de enero. Su gobierno no será un fenómeno. Será un resultado.