Por Jerome Sicard, Director Regional Sur de Europa de MarkMonitor
¿Alguna vez has sentido impotencia y ganas de llorar?
Supongo que muchas personas lo hicieron el pasado 13 de mayo de 2017, sábado, cuando un nuevo y único ransomware, llamado WannaCry (Quieres llorar), barrió el mundo, apuntando a los sistemas informáticos de casi 100 países. Este software malicioso, robado de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, fue distribuido por correo electrónico a numerosas grandes compañías globales y agencias gubernamentales, secuestrando los ordenadores y cifrando los archivos de datos.
La demanda del rescate para recibir la clave cifrada necesaria para desbloquear los archivos fue de 300 dólares (265 euros) o más a través de Bitcoin (la moneda online anónima).
Pocas semanas después el pánico volvió a cundir cuando el mundo fue golpeado, una vez más, con un ataque masivo ransomware. Esta vez la cepa se llamaba GoldenEye/Petya, y usó el mismo error de Microsoft Windows que fue explotado por WannaCry.
Estos ataques masivos y globales han puesto de manifiesto lo frágil que puede llegar a ser su información y lo expuestas que están las empresas y sus marcas.
Ahora más que nunca es necesario que las marcas cuenten con programas de estrategia de protección de marca integrales que sepan en todo momento que ocurre en la red y de que modo se pueden evitar ataques a nuestra marca que acaben en pérdidas millonarias por venta de productos falsificados, copia de nuestros prototipos y diseños más preciados o simplemente por el desprestigio que sufre la marca al encontrar el usuario productos de apariencia casi idéntica a los originales en el mercado que luego resultan ser un verdadero fraude.
Hoy en día los tentáculos de la falsificación alcanzan todos los sectores. Desde textil y complementos a productos que ponen en peligro al usuario que los consume como juguetes para niños, piezas de coche o lo que aún es más grave, cosméticos o medicamentos. Así como, las cada vez más frecuentes, ciberamenazas que se dirigen al ámbito de la banca online y de las operaciones financieras llevadas a cabo a través de dispositivos móviles.
El verano es, sin lugar a dudas, una de las épocas del año en los que nos encontramos más frecuentemente con este tipo de prácticas.
La reserva de vacaciones, la compra de cosméticos para el sol, los complementos playeros y las compras de última hora para nuestro viaje.
Cómo cada año, MarkMonitor, el experto en protección de marcas online, insiste en las siguientes prácticas recomendadas para las marcas para ayudar a combatir este problema.
- Afrontar el problema de un modo global
Ser consciente del problema que supone la amenaza planteada por la venta de falsificaciones de sus productos online y ser capaces de cuantificarlo. Vigilar y analizar a los falsificadores que operan en una amplia gama de canales online; incluyendo las tiendas online, sitios de comercio electrónico, a través de mensajes y el resto. Los falsificadores se aprovechan de la tecnología para aumentar sus ventas por lo que las marcas también deben aprovechar la tecnología para llevar a cabo un monitoreo integral y conseguir una imagen completa y precisa del problema de la falsificación de su marca.
- Vigilar los canales de promoción
Una de las claves del éxito de los falsificadores es la búsqueda constante de nuevos métodos de venta y por ello es crítico monitorear periódicamente los canales de promoción online utilizados por estos criminales. Los falsificadores simplemente imitan las técnicas de venta utilizadas por los vendedores legítimos al tiempo que aprovechan el poder de atracción de las marcas, altamente reconocibles gracias a los expertos que las crean y las gestionan. La publicidad, los enlaces en las redes sociales, buenas políticas de SEO, la ciberocupación y el correo basura, hacen que el tráfico de ofertas de productos falsificados evolucione con éxito y disminuyen, sin duda, el retorno de la inversión en marketing de las marcas legítimas. Por ello, hacer un seguimiento de estas prácticas de promoción es básico para las marcas.
- Tomar la delantera
No hay marca más vulnerable que la que no toma medidas preventivas.
Por ello, las empresas deben establecer prioridades e identificar a los delincuentes más activos, para tenerlos controlados a ellos en primer lugar.
Igualmente deben vigilar activamente la red para identificar el uso no autorizado de sus términos de marca en nombres de dominio. Así localizarán rápidamente los sitios de comercio electrónico de venta de bienes falsificados o no autorizados y, con frecuencia, también poder descubrir otros abusos como la falsa asociación de sus marcas con contenido ofensivo.
Cuanto más activa es una marca más difícil será que los ciberdelincuentes le ataquen y si además cuentan con un proveedor global de soluciones de protección de marca que controle miles de ISPs y sean registradores en todo el mundo.
- Involucrar al equipo
Para afrontar la venta de artículos falsificados online toda la empresa debe involucrarse. Es necesario crear un grupo de trabajo multidisciplinar para poder abordar la cuestión de manera coordinada e integral. Las partes interesadas – variarán según el sector y la empresa, pero deben incluir legal, marketing, gestión de riesgos, prevención de pérdidas, gestión del canal de ventas, fabricación, gestión de la cadena de suministro y otras unidades funcionales. Debido a que la lucha contra la falsificación online requiere atacar tanto el canal de promoción como el de distribución, este grupo tiene que abordar más facetas del problema que se ve en el mundo físico.
- Aprovechar la inteligencia online
Debido a que las medidas que se toman en el mundo off line – investigaciones físicas, redadas de fábricas y otras actividades – pueden ser costas y consumen mucho tiempo, es fundamental saber dónde deben centrarse. La inteligencia online puede ayudar a identificar a los infractores más graves, y así poder centrar los esfuerzos defensivos offline de un modo más eficaz.
- Actuar con rapidez – y a nivel global e informar a los clientes
El comercio internacional facilita la actuación de los falsificadores, incluso, tal vez, más que a los dueños de las marcas legítimas. Las marcas han aprendido que es más eficaz poner en marcha iniciativas globales contra la falsificación y para poder hacerlo de forma segura y rápida es necesario que las marcas se registren a nivel internacional incluso para aquellas marcas que quieren vender exclusivamente en un país determinado. La mayoría de las empresas dependen de los proveedores de soluciones de protección de marcas de terceros para llevar a cabo estos planes de protección.
[smartads]
En todo este proceso nuestros clientes pueden ser un aliado importante en la reducción de las ventas de productos falsificados con todos los costes que esto lleva asociado. Es necesario educar a los clientes sobre los riesgos de comprar en canales no autorizados, e intentar que se unan a la marca en su esfuerzo por identificar bienes y vendedores sospechosos.
Conclusión
Este verano, más que nunca, y después de los ataques sufridos por miles de marcas desde la pasada primavera. Las empresas deben contar con una buena estrategia integral de protección de la marca online que ayude a las organizaciones a abordar estos riesgos de manera eficiente y efectiva.