El Decreto Ley del Juego que se aprobó a finales del año pasado y que presenta una serie de limitaciones sobre cómo las casas de apuestas y las operadoras de juego pueden invertir en publicidad ha provocado un fuerte terremoto no solo en este tipo de compañías, sino en muchas otras que se van a ver afectadas de manera directa.
En primer lugar, todos los medios de comunicación en los que las operadoras de juego invertían millones de euros año tras año —180 millones anuales durante 2018 y 2019—. Tanto es así que más de ochenta medios de comunicación y grupos, entre los que se incluyen PRISA (El País, Cadena Ser, As…), el Grupo Joly (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz…), Vocento (ABC…), Unidad Editorial (El Mundo, Marca…), entre otros, o agencias de noticias como EFE o Europa Press presentaron un recurso contencioso-administrativo con la intención de que el Decreto presentado por el Ministerio de Consumo que dirige Alberto Garzón quedara revocado y quedase sin efecto.
En segundo lugar, las distintas competiciones deportivas que cubrían una parte de sus presupuestos gracias al patrocinio de las casas de apuestas deportivas, lo que puede llevar al cese de más de un evento si estos no encuentran alguna alternativa que permita cubrir el montante que aportaban las casas de juego.
En tercer lugar, los clubes y las entidades deportivas que recibían también en calidad de patrocinio una cantidad de dinero que les ayudaba a cuadrar presupuestos, pagar salarios y hacer frente a los gastos derivados de su actividad. De esta forma, los clubes españoles pierden potencial frente a otros clubes de países en los que el patrocinio deportivo de las casas de apuestas sí está permitido, lo que a la larga terminará repercutiendo en un descenso de la competitividad de los equipos españoles en las competiciones internacionales y una devaluación constante de las competiciones domésticas, ya que los clubes verán reducidos sus ingresos y tendrán menos capacidad para atraer talento y potenciar sus torneos. Sin ir más lejos, en la temporada 2020/2021 todos los equipos de LaLiga Santander de la Primera División española —con la excepción de la Real Sociedad— tenían firmado algún tipo de acuerdo con alguna casa de apuestas, lo que pone de relieve la enorme influencia que estas operadoras tienen en el deporte español.
Por último, las propias casas de juego también se verán afectadas, puesto que los cambios en materia publicitaria reducirán su impacto social y su presencia en el imaginario colectivo.
El agravio comparativo de las casas de juego
Uno de los principales motivos de queja de las casas de juego es el agravio comparativo que se establece, bajo su punto de vista, entre este tipo de juego y otras formas que, puede que tengan una mayor raigambre en la sociedad española, pero no dejan de ser variantes de la misma actividad económica.
Es el caso de juegos de azar como las Loterías del Estado, el sorteo de la ONCE, los Euromillones o un juego que tiene mucho que ver con los deportes y con las apuestas, la Quiniela —que no deja de ser una apuesta combinada de catorce partidos en los que los participantes deben acertar quién será el vencedor de cada uno de esos catorce encuentros—.
Los cambios del Decreto del Juego, sin embargo, no afectan a estos juegos de azar, lo que, como es lógico, ha generado un gran malestar en las casas de juego, que no pierden la esperanza en que la situación se reconduzca y se puedan evitar pérdidas millonarias.