Vivimos en un mundo cada vez más interconectado, y donde la identidad está muy expuesta a grandes compañías gracias a la cesión de datos personales. Para las empresas, conocer gustos e intereses de sus clientes no es algo que hagan para atacar su privacidad, sino como camino de satisfacer a los consumidores.
Los empresarios son conscientes de esta realidad y a menudo se preguntan qué pueden hacer ellos para generar mayor confianza y valor en sus clientes. ¿Cómo pueden aprovechar las tecnologías emergentes para ofrecer mejores servicios, productos y soluciones?
Así, tenemos que la revolución de las TIC ha traído interconectividad entre individuos, ha cambiado la naturaleza y ha descubierto nuevas formas de hacer negocio, de ahí que sea importante saber analizarla todo ese torrente de información y datos y hacer un buen uso de ella.
Esta interconectividad no solo se da entre los individuos sino también entre máquinas y dispositivos, permitiendo que se genere una cantidad de datos inabarcable por la capacidad analítica humana.
Así, tenemos que el Internet de las Cosas, el Big Data y otras herramientas de análisis toman cada vez más fuerza para facilitar este proceso de interacción entre empresas y consumidores.
El Internet de las Cosas y el Big Data en la industria
La dinámica actual y la competitividad que existe entre las empresas de distintos sectores obliga a construir soluciones basadas en la tecnología para estar a la vanguardia y ofrecer resultados satisfactorios a los clientes. La implementación de estas nuevas tecnologías y disciplinas avanzadas de informática deben contribuir a reducir de manera significativamente los costos, y dedicar ese dinero sobrante en inversiones más atractivas, con mayor rentabilidad.
Entre estas nuevas disciplinas encontramos el Big Data, que se puede definir como las gestión de una variedad, volumen y velocidad de datos transferidos que supera la capacidad humana y que permite conocer más a fondo cada uno de los cliente actuales o potenciales de una empresa. El Big Data actúa de manera paralela al Internet de las Cosas, IoT, por sus siglas en inglés, Internet of Things, que no es otra cosa que la interconexión entre dispositivos digitales, máquinas, objetos, animales y personas que se comunican entre sí a través de una red.
Con el IoT avanzamos hacia un futuro en el que los sensores inteligentes pueden detectar el entorno en el que se encuentran e interactuar con sus propietarios y entre ellos. Ese flujo de datos entre dispositivos y personas es lo que alimenta los sistemas de Big Data.
Existe una disciplina dentro del IoT, el IIoT, el uso de la tecnología IoT en la industria. Las empresas deben marcarse desde ya como prioridad utilizar sus equipos al máximo, de forma óptima y eficiente para ganar en rentabilidad y conseguir una mejor imagen frente a sus clientes. Para ello es fundamental contar en sus equipos con expertos en disciplinas como el IoT y el Big Data.
En el campo de la informática, estas dos disciplinas aparecen como muy atractivas para quienes quieran labrarse un futuro dentro de esta profesión. Así, son muchos los estudiantes que deciden estudiar un máster en internet de las cosas, master internet of things o master iot porque eso les asegura muchas posibilidades de allanar su carrera laboral en el futuro.
El IoT es un fenómeno que no deja de avanzar, las expectativas hablan de que en 2020 más de 30.000 millones de dispositivos estarán conectados a internet en todo el mundo.
Analizar modelos predictivos para tomar decisiones
La gran novedad de estas dos disciplinas y su tratamiento conjunto en informática es que ofrece la posibilidad de conocer las condiciones y las variables de un equipo en cualquier momento, y no solo desde una sala central, sino desde cualquier dispositivo móvil.
A esto se le añade la capacidad de modelar diferentes parámetros dentro de un equipo e iniciar la construcción de modelos predictivos atendiendo a los datos analizados. Para esto, es importante dejarse acompañar en el IoT por los datos procesados mediante técnicas de Big Data, pues solo así, los análisis predictivos de resultados que hacen las diferentes empresas pueden acercarse con fidelidad a la realidad.
Vivimos en una era donde los datos lo son todo, de modo que utilizar tecnología aplicada para aprovechar esos datos es absolutamente imprescindible en el camino hacia la obtención de mejores resultados en el futuro.