Madrid, 27 de noviembre de 2017. “Las nuevas generaciones se han criado en entornos acomodados, por lo que tratan de continuar este modelo cuando acceden al mercado laboral. Por eso exigen un feedback permanente y un jefe cercano que se parezca más a un coach y les hable de un modelo de carrera transparente”. Pablo Félix del Cueto, Head of Talent de Acciona Infraestructuras, ha dibujado esta mañana uno de los retos más importantes a los que se enfrenta el tejido empresarial en nuestro país.
“El talento es hoy más valioso que el capital en una compañía y no podemos centrarnos sólo en los jóvenes. La dirección de Recursos Humanos debe estar a la altura”
Son palabras de Juan Carlos Cubeiro, Head of Talent de Manpower, mientras que Teresa Cervera, directora de RRHH de Grupo Bodybell añade un esperanzador mensaje que dice que “Tenemos talento joven y talento con más de 50 años. La clave es cómo los integramos”.
“La edad importa poco porque las empresas por lo que se pelean es por las competencias. Pero las generaciones más jóvenes tienen hoy poco compromiso, mucha impaciencia y no entienden lo de permanecer mucho tiempo en un mismo sitio”, ha explicado, por su parte, Jorge Guelbenzu, director general de Infoempleo.
[icon icon=’fa-key’] El saber sigue siendo fundamental para encontrar trabajo, pero las empresas se pelean hoy por las competencias.
Los cuatro han protagonizado la mesa redonda denominada ‘El talento necesario para atraer talento’, que se ha celebrado esta mañana en la sede madrileña de IMF Business School. Moderada por Carlos Martínez, presidente de esta escuela de negocios, ha servido como debate para hablar de cómo las empresas se enfrentan a nuevas generaciones, nuevas necesidades y nuevos modelos de trabajo.
Porque los candidatos valoran hoy otras cosas. Porque más que el salario, valoran participar en un proyecto que sea interesante. Porque no toleran a los jefes tóxicos (que son mucho más nocivos que fumar, ha afirmado Cubeiro), porque quieren saber con quién van a trabajar directamente y si las empresas que quieren seducirles favorecen de verdad la flexibilidad y la conciliación. Porque pueden, ya que cuentan, en su mayoría, con cuatro o cinco ofertas encima de la mesa. Un dato: cuatro de cada diez jefes son tóxicos, uno es un líder y el resto son mediocres.
[icon icon=’fa-key’] Los empleados quieren un plan de carrera, un feedback permanente y que las compañías tengan valores similares a los suyos.
“Las empresas necesitamos gente con inteligencia emocional que sepa resolver temas complejos. Es como tener un robot en casa capaz de encontrar la ropa de tus hijos y guardarla en el sitio adecuado”, ha explicado Juan Carlos Cubeiro entre risas. Así, Teresa Cervera ha asegurado que las empresas tienen casi la obligación de elaborar no sólo planes de atracción, sino de retención. “Es importante hacer mentoring inverso, en el que los jóvenes compartan aspectos digitales con los mayores, y estos hablen desde la experiencia”, ha aclarado. También es importante que los valores del candidato se parezcan a los de la empresa en la que quiere trabajar; “nosotros, que trabajamos en el sector de la belleza y la cosmética, hemos tenido candidatos que nos han preguntado si estábamos vinculados con el alcohol o el tabaco”.
[smartads]
En este nuevo escenario, como ha comentado Carlos Martínez, corremos el riesgo de estar demasiado pendientes del talento externo y descuidar el interno. Además, seguimos siendo el país europeo, junto con Grecia, que más emplea por contactos, por el boca-oreja, antes que por otros procedimientos profesionales. Y sin olvidarnos del impacto de las redes sociales, tanto para bien como para mal. “No nos damos cuenta de que podemos estar perdiendo oportunidades laborales por los comentarios que pongamos en ellas”, ha explicado Jorge Guelbenzu, de Infoempleo. Y, al contrario. Apenas un puñado de líderes empresariales se maneja con soltura en redes, algo que valoran los candidatos. Y cómo encajamos en este entramado a esos 2,5 millones de personas que, como ha comentado Juan Carlos Cubeiro, tienen muy difícil incorporarse al mercado laboral y para las que algunos vaticinan una renta básica de subsistencia.