ESCUCHAR…Es una palabra que circula por las redes sociales haciendo contrapartida con lo que significa en sí misma: “las personas no nos escuchamos cuando hablamos”
El fenómeno de estar rodeados de información, incrementado por la Internet y la voluminosa utilización de teléfonos celulares, ha generado un efecto colateral muy interesante: no escuchar al otro.
En otras palabras: la comunicación persona-persona es hoy muy complicada.
La pregunta central es ¿por qué?.
Aquí surgen infinidad de teorías, desde las sociológicas hasta las físicas y desde el “todo” a cada cerebro. Lo cierto es que cuando dos personas se encuentran probablemente hablen, pero difícilmente se escuchen.
EL lenguaje se ha vuelto cada vez más escueto, predominando el escrito (mal y con dibujos) y entrando en decadencia el hablado. Ahora bien: una sociedad que realza la imagen más que el contenido probablemente genere estos seres humanos que no pueden comunicarse cara a cara.
¿Es tan difícil escuchar?
No debería.
¿Existe alguna herramienta para escuchar al otro?
Sí, la humildad.
Y sólo es una, pero es tan enorme y útil que ya pocas personas quieren cargar con ella.
[smartads]
La humildad es lo que nos pone frente a otro sin preconceptos, sin prejuicios, sin calificativos: es el ser frente a otro ser. Al despojarnos de todo contrapeso, la liviandad del alma, a través de la humildad, nos regala una mejora y purificación de la comunicación.
Y empezamos a escuchar…y hay mucho que escuchar!