A través de ejercicios on-line, podemos aplicar el Zen al día a día de la vida y la empresa del mundo occidental sin necesidad de lanzar el Smartphone por el retrete ni acudir a una reunión con una túnica naranja y el pelo rapado. Imagen por © Václav Hroch – Fotolia.com
El Zen tradicional ha salido de los monasterios budistas del Tíbet para aterrizar en Facebook y Twitter, y ha aparcado los shassins, los Koans y los kondos para reemplazarlos por ejercicios on-line como los que se ofrecen en algunas páginas web como RevolucionZen.com: desde las prácticas de pensamiento positivo hasta las clásicas Galletitas de la Fortuna (on-line), pasando por técnicas antiestrés, reflexiones personales, auto-motivación, interiorización de conceptos, mensajes relacionales e incluso meditación alternativa.
El Zen tuvo en Steve Jobs a uno de sus más conocidos representantes y se asocia con la paz interior, el equilibrio y la armonía
Para ello, se ha despojado de la tradicional solemnidad de formas y abandonado el olor a incienso y a flor de loto, para centrarse en la esencia del concepto: un conjunto de principios claros y prácticos, que nos resultan muy familiares y que son fácilmente integrables dentro de la dinámica web.
“El Zen es un concepto que, una vez occidentalizado, tiene muy buena acogida: se asocia con la paz interior, el equilibrio y la armonía (valores todos ellos muy demandados), y forma parte de un conjunto de elementos orientales que están de moda: el Shushi, el Yoga el Feng-Shui e incluso el Sexo Tántrico han encontrado su espacio porque ofrecen una espiritualidad fresca a una sociedad occidental demasiado anquilosada”, afirma Javier Guillem Moltó, pionero del Zen 2.0, fundador de RevolucionZen.com y autor de ZEN 2.0: Soluciones Orientales para el Mundo Occidental, un libro que, aunando espiritualidad oriental y practicidad occidental, ofrece una visión distendida y práctica de un Zen plenamente adaptado a la realidad actual de la sociedad occidental.
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Como consecuencia de esta tendencia, el Zen Tradicional pierde peso frente a propuestas alternativas más cercanas; en esta línea, la aparición de ejercicios on-line que permiten integrar en poco tiempo los valores del Zen en nuestro día a día, desde casa, con un simple ordenador y en solo cinco minutos al día, reafirma el proceso imparable de Occidentalización del Zen que se inició en la California de los 70 y que tuvo en Steve Jobs a uno de sus más conocidos representantes.