La tecnología llega a todos los ámbitos de nuestra sociedad, solucionando cada mínimo problema que estos tiempos de búsqueda de la comodidad y del confort se plantea sobre el ciudadano. La necesidad de vivir mejor, de procurarnos cada vez más espacios de disfrute, no deja opción y en el terreno de lo íntimo, de las relaciones sexuales, también busca ofrecer la plena satisfacción mediante objetos innovadores, seguros y placenteros.
Los objetos y maquinaria para obtener placer a través de contactos íntimos representan un rango de negocio floreciente que crece a medida que los tabús sociales van desapareciendo, abriendo la lámpara mágica que cumple cualquier deseo sexual. El capital que mueve la venta de productos eróticos creció el año pasado un 30 %, lo que demuestra el buen ritmo y la vitalidad de este tipo de negocio.
Con la llegada de la última tecnología al diseño y producción de muñecas hinchables, se espera que el mundo de este tipo de objetos alcance un nuevo hito, no solo en las ventas y cifras, sino en la forma que tenemos los clientes de relacionarnos con estos juguetes.
La tecnología y la innovación para satisfacer a los más exigentes
El consumidor de este tipo de productos, busca satisfacer sus deseos más íntimos en soledad, no quiere, en principio, compartir sus secretos y encuentra en las nuevas muñecas hinchables modernas al cómplice ideal, una amiga íntima y fiel que no defraudará en cumplir con lo que se le exige.
El cliente puede encontrar una amplia gama de estos productos; muñecas hinchables, baratas y caras, de mil y una formas y caras, un espectro tan amplio donde elegir que con toda seguridad se encuentra el modelo ideal, sobre todo si se adquieren en el sex shop Placeres Secretos, donde la oferta es tan amplia como alta la calidad de sus productos.
La variedad en los diseños de estos productos es tan amplia que es el propio cliente el que puede realizar un pedido al detalle, personalizando, según sus gustos y deseos, la muñeca que quiere tener por compañera.
Pero donde alcanza su punto álgido y por lo que está significando toda una revolución en el mercado es en los llamados sexbots, los juguetes que dan un paso evolutivo sin precedentes, siendo no solo sexys sino además inteligentes. Estos sexbots hablan y se mueven, pues no han sido creados exclusivamente para satisfacer deseos íntimos de las personas o parejas, también se puede programar la personalidad, con lo que tendrás algo más que un simple juguete como compañía.
Y es que la inteligencia artificial se está introduciendo en todos los aspectos de la vida de las personas, desde las áreas laborales, con la robotización de los procesos productivos, las familiares, con el Internet de las Cosas, y ahora en la intimidad con los sexbots, como Harmony 2.0, la última gran creación de la robofilia.
El futuro de estas nuevas relaciones se presenta muy prometedor a medida que aumente la tecnología y la inteligencia artificial de estas máquinas. Así mismo, la probabilidad de que las personas se enamoren de las máquinas crecerá en la misma proporción.
Desde el primer robot sexual, nacido en 2010, Roxxxy, hasta la actual Harmony, la industria no ha dejado de invertir en innovación y los resultados más sorprendentes ya se están comercializando. Las mejoras en diseño y funciones no hacen más que potenciar la interactividad entre personas y máquinas, aumentando esa interacción íntima entre dos entes que cada día están más cerca.
Los más avanzados, además de poseer una inteligencia artificial capaz de mantener conversaciones, están equipadas con un amplio número de sensores repartidos por todo el cuerpo para que, de esta forma, tengan una respuesta al ser tocadas. Este tipo de respuestas dependerá de la personalidad que se haya programado con anterioridad y dependerá de su propietario, que podrá elegir entre un programa u otro. Aunque ninguno camina aún, muchos de sus movimientos tiene gran parecido al de los humanos.
El mencionado sexbot Harmony 2.0 es el prototipo más avanzado hasta la fecha de la publicación de este artículo, pero al ser un producto con una demanda cada vez más elevada, en poco tiempo saldrán muñecas hinchables con mayores y mejores funcionalidades, no nos cabe duda de esto. Harmony, como decimos, nos recuerda a una actriz de cine erótico. Su cuerpo y cerebro funcionan a través de una aplicación con memoria persistente, es decir, facilita la construcción de relaciones con las personas con las que se relaciona, pudiendo recordar datos y hechos relacionados con sus dueños.
Con todas estas prestaciones, suponemos que no será difícil que algunos clientes se enamoren realmente de sus máquinas, ya que estos podrán modificar el comportamiento de sus sexbots adaptándolo a sus gustos, en busca de la máquina mujer perfecta.