Alicia Batlle (@AliiciaNoah) se define como guionista, crítica y una gran redactora. Alicia está actualmente realizando prácticas como guionista en la Televisión Autonómica de Cataluña; TV3.
En ésta ocasión, Alicia nos habla de los cambios que están sucediendo en la actualidad en los medios de comunicación y de la forma en que accedemos a la información; un tema de máxima actualidad que toma especial relevancia en éstos días en que ya se celebra el Mobile World Congress Barcelona 2012 en el que los dispositivos móviles y Barcelona toman el protagonismo de la información internacional con el permiso de los Óscars de Hollywood.
El derecho a la información, la posibilidad de acceder a las noticias y la selección de las mismas dependiendo de los intereses de cada comunidad es un servicio que todo gobierno debe garantizar a sus ciudadanos. El cómo nos llega esta información ha ido cambiado a lo largo de las épocas transmitiéndose en un principio de forma oral en el ágora, llegando más tarde de forma escrita a una sociedad que apenas empezaba a alfabetizarse y, con cada nueva invención técnica, perfeccionando y mejorando su cobertura a todos los públicos.
Cada generación ha visto como sus intereses, sus anhelos, sus democracias o sus dictaduras, sus productos y sus investigaciones se han gritado a los cuatro vientos, en el mejor de los casos, o se han silenciado y camuflado con informaciones pro-gobierno, según el poder que ha correspondido a cada lugar y cada momento.
Ahora, casi recién aterrizados en el siglo XXI, toda una generación de nativos digitales habita un mundo que hasta ahora tenía unas normas muy claras en cuanto al cómo nos llegaba la información. A la televisión, la radio y la prensa escrita les ha correspondido informarnos, formarnos y entretenernos.
Públicos o privados, estos medios han nacido con objetivos distintos. El en caso de la prensa escrita al contrario que la televisión o la radio, su carácter ha sido mayoritariamente privado y se ha posicionado según ideología política o tipo de contenido. La premisa ha sido informar a su público objetivo y eso es posible gracias a la publicidad que subvenciona los medios. Durante años se ha pagado a los periodistas gracias a la publicidad en su mayor parte y a las ventas (a la difusión) ya que de ella dependía el valor que la publicidad ha dado a la publicación.
Los estudios daban un perfil de usuario, un target al cual iban dirigidos tanto el contenido de los artículos como los productos que en sus páginas se anunciaban. Bisabuelos, abuelos y padres de los nativos digitales que hoy caminan por esta sociedad postmoderna han consumido así la información. Han seleccionado una publicación por su ideología, han pagado su precio de venta y han sido target de la publicidad insertada en cada página.
Para el anunciante era relativamente fácil acceder a su público, relativamente fácil tenerlo identificado y casi exacta la cifra de impacto. Ahora las cosas están cambiando y están cambiando a un ritmo desconocido y de una forma que aún no somos capaces de calibrar. La publicidad viene de una época dorada y ahora debe adaptarse o morir. La muerte súbita no es una opción posible, el sistema no se aguanta sin ella o al menos no el sistema tal y como está construido.
Lo cierto es que la forma de consumo de la información tiene poco que ver con la de hace apenas unos años cuando se consumía tal o cual diario, tal o cual periódico. Ahora con las nuevas tecnologías, la web, la posibilidad de interacción, la selección de contenidos a la carta y las redes sociales, el consumo es una cuestión de prioridades y de, para que negarlo, poco tiempo para “perder” con publicidad.
El usuario actual, el nativo digital busca el YA y el AHORA. Quiere una información actualizada al momento y la quiere en su dispositivo móvil. Todo empezó con tímidos navegadores que posibilitaban una recepción diaria de noticias a la carta, ocio, deporte, tiempo de la población indicada… Y esto ha evolucionado hasta llegar al Smartphone i a Twitter. No compramos un diario a las diez de la mañana, ya no. O al menos no en la medida en que lo hacíamos antes, por la sencilla razón de que a lo largo del día van a ir ocurriendo cosas y nos vamos a mantener informados gracias a un aparatito que cabe en la palma de la mano y al que hemos dotado de las aplicaciones personalizadas que más nos convienen según nuestros intereses.
Así, informarnos sale gratis, sin publicidad, sin esperas y lo más preocupante quizá para los sociólogos, sin leer el artículo. Ahora los estudios dicen que casi no pasamos de los titulares. El ritmo frenético de nuestro mundo no permite que nos sentemos a deleitarnos con la prosa impoluta de los devotos periodistas.
Y, ¿qué dice la publicidad de todo esto? Reinventarse o…
El futuro de la prensa y la publicidad no es algo que empiece a preocuparnos dentro de una década, algo que podamos dejar para mañana… el futuro es hoy.
Hoy es cuando todo comunicador debe preocuparse por el cómo llega la información, como se consume, qué se valora y qué se espera de unos medios que están ante otro gran cambio que no llega mañana, ya está aquí.
Las plataformas han cambiado, han cambiado para la televisión, para la radio, para la prensa y para el cine, un cine que, como dijo Alex de la Iglesia hace pocos días, debe adaptarse al nuevo formato de consumo, la web. Lo mismo pasa con la radio, que ahora escuchamos en podcast saltando los anuncios y lo mismo pasa con los diarios que ya no compramos sino que consultamos por internet.
[smartads]
La pregunta es, ¿el nativo digital es una realidad potente o es aún una especie minoritaria? ¿Qué edad máxima tiene?
Quizá el secreto está en seguir imprimiendo en formato papel para aquellos que por edad no son nativos digitales y jamás darán el paso, pero ¿es esto económicamente posible? ¿Resulta rentable?… adaptar la publicidad a cada mercado y seguir ofreciendo el formato papel mientras queden usuarios de la antigua escuela. A su vez ofreciendo vía nuevos formatos todo aquello que pueda interesar a los que ya forman parte de manera irrefutable de la generación de la nueva información, del nuevo consumo, de la multiplataforma.
Todo depende de si se decide conservar o innovar.
Alicia Batlle / @AliiciaNoah