“El miedo bloquea la creatividad, y de eso, muchos directivos no parecen darse cuenta”, comenta Ángeles de la Flor , Socia Directiva de Aflora
“El miedo bloquea la creatividad, y de eso, muchos directivos no parecen darse cuenta”, comenta Ángeles de la Flor , Socia Directiva de Aflora, a lo que añade “el mero hecho de recordar a los empleados la suerte que tienen de mantener el empleo, no genera motivación alguna. El entorno generado a través del chantaje por la mera permanencia no es suficiente para que el verdadero talento ayude a alcanzar los objetivos”.
Es el momento de pasar a la acción, y olvidarse de ser un jefe competente para convertirse en un buen líder. Se trata de gestionar a través de la transformación que genera el coaching y garantizar que el líder y su equipo estén donde la empresa espera.
Aunque parezca algo obvio, muchos directivos no son conscientes de que la carga de negativismo que supone el recordar cada día “lo mal que está ahí fuera la situación” provoca el efecto contrario al deseado. Es cuando se produce una ruptura. Desde el comienzo de la relación laboral, ambas partes, trabajador y empresa, esperan avances debido a sus contribuciones.
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Si no existe bidireccionalidad, las reglas del juego se rompen. El trabajador espera que la empresa le aporte el desarrollo necesario para conformar una carrera coherente. Él no está dispuesto a aceptar la mera aportación de un puesto de trabajo como motor desarrollador de su talento. Obviamente espera más.