No hace falta ser filósofo, un gran experto en ninguna disciplina empresarial, ni tan siquiera tener un MBA o haber superado el tercer curso de ESO para entender que lo que dice el refrán «Da y recibirás» es importante en la vida. Otra frase célebre dice que «esta mano da de comer a la otra»; en referencia a que «cuando uno da, suele recibir».
Todo parece lógico, hasta que se pone en práctica. Pero realmente… ¿Sucede esto en el campo empresarial?. Lamentablemente no siempre. Mejor dicho…Tristemente, casi nunca.
Es imposible entrar en detalles particulares que nos ofrecerían cientos de miles de posibilidades, hechos, causas, motivos, cambios, etc. respecto a lo comentado ¿Dar para recibir? ¿Recibirás si das? (¿Recibiré si doy…o se aprovecharán de mí…?), ¿Cuánto más recibiré si doy antes o si sigo dando?. Un tema complicado. Pero el hecho es que no existe ni existirá una fórmula con denominador común con el que calcular si el efecto recíproco «de dar»; implica un «recibir». También es cierto que muchas veces no se espera «nada» con lo que el tema se complica más si cabe.
Hecho éste preámbulo, que más que un documento categórico o indicativo de cómo proceder es una invitación a reflexionar sobre el proceder «profesional vigente»; si es cierto que el que suele dar, recibe menos de lo que -posiblemente solo él- espera o pudiera esperar. No hablo de ningún caso concreto, como les comentaba anteriormente. Pero «el que da» suele recibir menos de lo que dió (en cantidad, quizás no en calidad)…pero sabe bien que «antes no tenía nada»; por lo que sigue apostando por «dar para recibir». Sabe que va a ser beneficioso para él. Vean cualés es su tarjeta de presentación a mi humilde entender, ya que suele tener unos puntos en común:
- Caracter emprendedor.
- Implicación en el trabajo y posibilidades de ayudar (sino ¿Qué podría dar?).
- Algo que ofrecer de valor para el que recibe.
- Formación y experiencia en ventas.
- Tiempo.
- Poco negocio y muchas ganas de aumentarlo. O mucha experiencia y mucho tiempo.
- Sabe que la cantidad no suele ser más importante que la calidad, y se dirige hacia ella.
Del que recibe es imposible matizar; aunque evidentemente tiene un interés en el que da. Muchas veces ésto no es del todo cierto y solo es importante el «qué recibe»; y no hablamos del trato humano. De todo hay, claro.
Y ahora: un inciso….quizás se estarán preguntando ¿de qué «flores» les estoy hablando?. Si es así, primero de todo muchas gracias por su atención ya que entiendo que les está pareciendo interesante. Pues verán, hablo de «colaboración», hablo de «participación», hablo no de ventas pero si de acuerdos. Ventas incluso; a medio plazo. Me explico.
«Quien da», volviendo a lo hablado anteriormente, está en situación de «poder recibir». Se expone, participa, colabora, ofrece y se muestra. Esto suele pasar en el perfil de emprendedor que no tanto del emprendedor consagrado; es decir del «empresario».. Quién no lo hace (mostrarse y proponer); claramente está en desventaja para ello (recibir). A todos los niveles: empresa y «no empresa». Hasta ahí imagino que todo claro.
Si pensamos en que estamos en épocas complicadas, con una crisis que nadie duda, en la que muchas empresas y profesionales precisan de colaboraciones externas, de ayuda, de colaboración -que es un término que ha aparecido en muchas ocasiones en éste artículo- y «cambiamos el chip» de mucha gente cerrada, poco «colaborativa», etc. podemos dar y recibir. Recibir y devolver. En definitiva crear muy buenos contactos profesionales, también llamado «networking» que cualquiera que lo haya practicado alguna vez sabrá lo gratificante que es; no solo a nivel humano.
Como sabemos el mercado está parado. En muchos sectores. Pero la colaboración entre empresas, de iguales o diferentes sectores, toma especial relevancia en momentos de crisis como bien dice Steven Tadelis, Profesor de la Hass School of Business de Berkeley de California, USA. Nuevamente es imposible explicar algo general más que ésto; aunque a buen seguro que cada profesional ve, sabe y/o ha pensado en éste tema: intercambiar servicios.
El intercambio de servicios es ideal para ahorrar costes, para dar velocidad a los procesos….para invertir en tiempo y crecer conjúntamente; que también para ampliar contactos y, como dice otro refrán «Y mañana Dios dirá…»; al que hago alusión en referencia a que «de un contacto»; «de un intercambio»; «de una charla» incluso…pueden saslir muchos negocios paralelos, cruzados, oportunidades, etc. Si nos quedamos parados; «mañana….Dios NO DIRÁ».
Ahora imagino cuantos estarán pensando algo así como «no si ya, eso ya lo hacemos». Claro que si, muchos lo harán. EL cuánto, cómo, dónde, etc. es la cuestión. «Dar para recibir» es el objetivo; «no dar y a esperar a ver qué pasa» que es lo que muchos hacen. Sin un objetivo claro, sin una propuesta convincente; sin una implicación en el o los procesos.
[smartads]
Por ello, pensemos bien con quién contactamos, pensemos en una posible colaboración clara y concreta, con un objetivo común o no y con propuestas de valor, monetizables, cuantificables y medibles. Si es así, por mi experiencia en éstos momentos de crisis, créanme no necesitan a «muuuuuuucha gente que les escuche» sino que encontraran «a esos cuatro» (si son más mejor, claro) que, como siempre digo «WIN/WIN» le permitirán seguir creciendo.
Ahora una reflexión final : ¿Lo hago o no lo hago?
Saludos, David de SOCIALetic.com (abierto a propuestas y colaboraciones como imagino habré transmitido). Imagen por © corocota – Fotolia.com