El calendario es uno de los soportes publicitarios más antiguos del mundo que conocemos (*). Fueron los romanos los que le dieron forma y lo impusieron en nuestro entorno más cercano, eso sí, con sucesivas correcciones de la iglesia católica, haciendolo llegar a nuestros días en su estado y forma actual. Por www.almanaques.net
La publicidad en Calendarios anuales, Una publicidad que evoluciona con los tiempos.
Acercándonos a la actualidad, los que más popularizaron el calendario grandote de pared, esos que llenaban la mitad de la pared de las cocinas de nuestras abuelas, fueron los norteamericanos con sus famosas chicas pin-up. No había un solo gran anunciante de la USA de los tiempos de la segunda guerra mundial que no tuviese su calendario pin-up. Casi todas las más famosas actrices del Hollywood pasearon su imagen en los calendarios de esa época. (**)
En nuestro mundo hispano-latino también ha habido calendarios –algunos aún sobreviven- que han sentado cátedra marcando toda una época.
Por ejemplo el archifamoso “calendario zaragozano” heredero de una tradición que viene de los años 1700 con el famoso “El gran piscator salmantino” de Torres Villarroel.
Se fabrican calendarios para este mundo de hoy; para nuestras casas y lugares de trabajo. Nuestros habitats modernos suelen utilizar cada vez menos el calendario «grandote», que tanto apreciaban nuestras abuelas Pero siempre ha habido, hay y habrá excepciones y cariño por los preciosos calendarios grandes de pared.
Los calendarios que más se fabrican suelen ser discretos y con un plus de utilidad: calendarios a los que le añadimos un termómetro de temperatura ambiente.
Un termómetro de temperatura ambiente que te marca de continuo la temperatura que tienes a tu lado. La temperatura de la calle, de la ciudad, del país y del mundo ya te la dicen la tele, el telefóno, el ordenador…
[smartads]
El calendario-termómetro muestra, además de los días, la temperatura que tienes en tu salón, en tu despacho, en el lugar de trabajo. Eso lugares en los que pasas la mayor parte de tu tiempo y en los que –si te descuidas- puedes resfriarte o por el contrario estás con la calefacción demasiado fuerte.
Esta es una de las razones, tal vez la principal, por la que el calendario termómetro sigue siendo moda publicitaria 2000 años más tarde de que lo los romanos lo popularizaran.