Tomando como ejemplo un caso no real -pero seguro que a muchos anunciantes ha sucedido o se pueden ver identificados-, sencillo de entender (y de explicar); imaginemos el momento en que una pequeña tienda de música de un pueblo estaba pensando en hacer publicidad. Su zona de actuación era «el pueblo» y varios de su cercanía; no más de 15 kilómetros a la redonda. La opciones publicitarias eran contadas con los dedos de una mano y restringidas a inserciones (pagadas claro) en el periódico de la zona, en la radio de la zona y una acción de buzoneo; en la zona también claro.
La alternativa de la radio no era del todo buena, puesto que la radio que se oía más era una provincial y el pueblo no contaba con emisora propia. Perdón si, pero no la escuchaba prácticamente nadie. Y la tienda música, adaptándose a su presupuesto, se decidió por hacer publicidad en el periódico local con inserciones los viernes durante dos meses seguidos -buscando continuidad para la recordación de su oferta y el «movimiento del fin de semana»- y publicidad en folletos (que se repartirían en el pueblo tipo buzoneo dos veces como zona de especial interés y una vez en tres pueblos cercanos ). En ambos casos se conservaría la misma creatividad en la que, aunque el gerente de la tienda no tenía mucha idea de publicidad, sabía que nombre de empresa, teléfono y dirección eran aspectos clave y básicos. Además, a éste señor le gustaba tener claro que el viernes compraba el periódico, y el viernes vería su anuncio como cualquiera que también lo hiciese; y así poder compartir con algunos conocidos el típico «qué, viste mi anuncio…¿que te parece?»
¿Qué tenemos con todo ésto?. Pues tenemos un presupuesto, una empresa que se quiere anunciar, una zona de actuación e interés, una periodicidad de anuncios y unos medios y soportes publicitarios concretos. Además, tenemos claro que los datos de quienes somos, donde estamos y como puede encontrarnos el cliente (dirección, telefóno…ampliable a cuenta en Facebook, Twitter, dirección web…) son claves para el el mayor éxito de nuestro anuncio….y una planificación de campaña rápida que responde al clásico Quién, Dónde, Cómo, Cuánto, Porqué, A quién y de qué forma.
Y aquí lo importante: los datos de contacto y periodicidad.
¿Cuantos anuncios online ven ustedes datos como el teléfono? Pocos muy pocos…porqué ¿se entiende que el interesado va a entrar y clickar en el anuncio, no…para qué poner el teléfono?. ¿Cierto? Posiblemente, pero ¿porqué no ponerlo?. Muy sencillo: porque como la mayoría de anuncios son de pago por click en internet; si en el anuncio aparece un teléfono la página web no va a ponerlo ya que entenderá que no está optimizando sus posibilidades de recibir clicks ( y mantener sus cuentas a flote, como cualquier empresa). Piénsenlo, ustedes ¿no harían lo mismo?
Y entonces si somos anunciantes ¿Estamos optimizando nuestros anuncios dejándolos a medias porque si no las webs no nos los publicarán? Hay razones para pensar que no.
Además, sabemos que la repetición de impactos es importantísima en publicidad. Por ejemplo, hay publicaciones en las que si o si, siempre se encuentran determinados anunciantes : vease revistas de moda, por ejemplo. ¿Puede permitirse su empresa que ahora si, ahora no, ahora junto a otro anunciante aparezca su empresa online?. A que en revistas no permitiría estar un día en contraportada, otra en un faldón, mañana a media página y el otro a doble página con el faldón inferior ocupado por un anuncio de su competencia…¿Dónde está la clase, ese status de la firma…¿Dónde?
Piénsenlo ¿Están realmente optimizando su presencia publicitaria online?
Y…¿No dijimos que nuestros anuncios serían más rentables con datos de contacto? Porqué no conseguimos que aparezcan ¿? Alguna solución habrá ¿No?
Solución:
Como en el caso de la tienda de música, ésta se ajustaba a un presupuesto. Seleccionaba los medios y compraba unos espacios. Éstos espacios recibían su compensación de servicios y el anunciante, buenamente y dentro de la legalidad ponía lo que «le venía en gana» en el anuncio que sabía que si o si cada viernes iba a aparecer en un lugar determinado, sin cambio ni alteración y con todo el protagonismo para él sólo; por ejemplo la contraportada del diario en el que se iba a anunciar. ¿Porqué no lo hacemos online?.
Con ello, la conclusión es que busquen un espacio (web, blog…) en internet que se adapte a sus campañas y pongan con una constancia su anuncio (un mes por ejemplo) , cada día, en el mismo sitio, el mismo anuncio y dirigido a un target concreto y no a todo el mundo y de donde venga (que deben compartir con la web en la que se anuncian claro), con todo lujo de detalles (teléfono, etc.) que aunque si tenga un coste; será mucho mejor que el ROI de muchas acciones online. Nuestra experiencia es esa.
Esos anuncios si que triunfan en internet aunque requieran de una inversión que inicialmente pueda parecer superior, además de que contribuyen a generar una afinidad del target con el anunciante que ve que se apoya al medio que les gusta consultar, leer, acudir cuando están aburridos y necesitan información; ya que les gusta. El usuario de ésa web, lógicamente, con el tiempo será muy probable que valore su propuesta de anunciante por encima de la competencia….por lo menos la conocerá mucho más y la recordará a buen seguro.…Menos ruido, pero más nueces