En los últimos años, el iGaming en España ha pasado de estar en un limbo legal a convertirse en un sector regulado y con un planteamiento algo restrictivo. Un aspecto que, sin embargo, no ha afectado a las empresas a la hora de crecer. De hecho, la demanda de agencias de marketing especializadas en la industria del iGaming así como otros servicios análogos, en español, sigue siendo elevada. Algo que demuestra que, pese a todo, la evolución del mercado español es más que favorable.
Las primeras normas
Aunque en España es fácil encontrar tragaperras en cualquier bar o jugar en un casino sin problemas, en lo que se refiere al iGaming el sector estuvo en un limbo legal hasta 2011. En este año se aprueba la primera norma que regula el juego en línea, que establece la obligatoriedad de las empresas de disponer de una licencia propia, emitida por la Dirección General de Ordenación del Juego, para operar en el mercado español. Una licencia que regula desde el funcionamiento de los juegos a los requisitos legales de los operadores.
Esta ley inicial se iría desarrollando con diferentes normas específicas para cada juego, de modo que las tragaperras, el bingo, el póker, las apuestas y el resto de juegos de azar tienen hoy día una norma específica para operar en el mercado español. Este aspecto supone un inconveniente para ciertos proveedores de juegos, especialmente de slots, que no siempre disponen de productos adaptados a dicha normativa.
Nuevas restricciones
Con el paso del tiempo, el uso abusivo de la publicidad por parte de los operadores y la llegada de la pandemia de la COVID 19 supusieron nuevas restricciones legales para el juego online. Una de las más importantes es la prohibición de los bonos de bienvenida, usados por los casinos online para captar nuevos jugadores. Estos bonos han quedado reducidos a su mínima expresión, en la misma línea que los bonos de fidelización. Estos últimos solo pueden ofrecerse a los usuarios que lleven al menos un mes registrados en la sala.
Adicionalmente a lo planteado, la nueva norma, aprobada en 2021, impone ciertas limitaciones a la publicidad de casinos y casas de apuestas, que no pueden patrocinar equipos deportivos o recurrir a famosos para su publicidad. No obstante, la publicidad en medios y online sigue estando presente.
El sector iGaming dentro del contexto europeo
Dentro del marco europeo, la legislación española sigue el modelo multilicencia que usan la mayor parte de los países europeos, siendo además de las más avanzadas. Como ejemplo, gobiernos como los de Irlanda, Chipre o Francia mantienen ciertas prohibiciones sobre los juegos de casino, permitidos en España, mientras que Alemania aún sigue evaluando la forma de licenciar las slots virtuales.
En cuanto al nivel de restricciones, aun cuando la legislación española pueda parecer estricta, lo cierto es que vista en el contexto europeo estaría en la media respecto a las limitaciones impuestas a salas.
Perspectivas de futuro
Decíamos al principio que muchas empresas están apostando por España, pese al contexto que vive el juego en el país. Parte de esas inversiones tiene que ver con el planteamiento global, con una ley no tan estricta si se analiza en el contexto europeo. Así que no es mucho más difícil acceder a clientes en España de lo que sería en otros países.
Por si esto fuera poco, el mercado español es bastante aficionado al juego, como se observa en detalles como la presencia de slots en los bares o el auge de las casas de apuestas físicas. Una prueba clara de que hay mercado para quienes se ubiquen en este mercado y desarrollen con éxito sus operaciones.