El empleado conoce mejor que nadie la situación actual económica, pero, al mismo tiempo, también sabe que ha perdido su motivación. Y, aun así, su jefe competente, espera resultados de él.
Si bien, la tarea de “seguir caminando” es tarea del trabajador, es el directivo quien tendrá que estar implicado en su desarrollo. “Nunca las “h” han sido tan sonoras.
El líder tendrá que dejar de pensar (head) en todo lo que necesita su colaborador para dar el máximo en su trabajo, en todo lo que precisa de él -como líder- para que lo alcance y ponerse a ello (hand). Deberá poner en marcha un plan para llevarlo a cabo y disfrutar mientras lo consigue.
El corazón suele ser un buen compañero (heart). Eso si, cuidando la intencionalidad porque se transmite cuando nos comunicamos. Suele resultar mucho más sencillo liderar con la racionalidad siguiendo el camino marcado por el corazón”, comenta de la Flor de Atesora.