Se considera ciudadano a todo miembro activo de un estado o país, cuando este se somete a sus leyes por propia voluntad y es asistido por derechos políticos. Los menores de 18 años, aunque vivan dentro de nuestro país no son considerados ciudadanos. A partir de la mayoría de edad, dependerá de ellos y de su compromiso con la sociedad el convertirse en lo que consideramos que son buenos ciudadanos.
Requisitos que debe cumplir un buen ciudadano
Para considerarse que uno pertenece a un lugar, debe conocer su historia, saber de sus raíces y tradiciones, de las riquezas culturales y naturales de su pueblo… sus puntos fuertes y también sus debilidades. Este sentir ligado a un conocimiento profundo de nuestro país forma parte imprescindible de la identidad que necesita cualquier persona para considerarse un buen ciudadano.
Así mismo deber ser un componente activo de la sociedad en la que vive, estar informado y participar en los asuntos políticos y sociales y tener un pensamiento crítico. Actualmente, la información a la que tenemos acceso nos permite desarrollar este pensamiento, pues podemos acceder a numerosas fuentes y no debemos conformarnos con aquellos que nos cuentan sin pruebas ni argumentos, están excesivamente politizados o sirven a intereses económicos.
La información es poder y, en ese sentido, sería una osadía no hacer un buen uso de toda las que nos llega por diversas fuentes. Analizando la información críticamente tendremos las herramientas para actuar y tomar decisiones con conocimiento y en consecuencia.
Un buen ciudadano ha de cumplir con sus obligaciones tributarias para que todo el engranaje social funcione correctamente, y debe ser exigente con el uso que se le da a su dinero y el del resto de ciudadanos, exigiendo que se promueva y se mantenga el bienestar social.
Así como el ciudadano a veces se ve en la obligación de pedir préstamos de consumo o créditos personales, como los que se encuentran en Prestamos Personales Ya!, por no poder hacer frente a todos los compromisos financieros asumidos, el gobierno local, provincial y estatal deben dar cuentas y cumplir con las promesas vendidas en campañas electorales.
La ética del buen ciudadano le permite identificar los valores de la comunidad a la que pertenece, pero también aquellas acciones que van en contra de esos mismos valores y lo empujan a velar por el bien público y protegerlo, rebelándose si hiciese falta ante actitudes o comportamientos que los vulneran.
Cuidar el bien público significa no dejar que se vulneren los derechos de los colectivos más débiles (ancianos, niños, enfermos, personas con pocos recursos económicos etc.) así como proteger de sus espacios públicos. Debe ser la ley la herramienta oficial con la que la comunidad defina que va en contra de sus valores y representa un peligro para su estabilidad.
Ni qué decir tiene que un buen ciudadano siempre se apega a la ley, y por este motivo en muchas ocasiones va a necesitar el asesoramiento de un buen bufete de abogados, un despacho jurídico de la calidad de https://www.nrsabogados.com para que lo asesore en todos los temas que necesite: derecho laboral, derecho civil, derecho familiar, derecho administrativo… Para cualquier tema en que se hayan de tratar asuntos legales que se escapen de nuestro conocimiento, haremos bien en acudir a expertos de la abogacía que tengan una amplia experiencia en el sector y se hayan ganado una buena reputación, como es el caso de NRS Abogados.
Y es que es prácticamente imposible vivir en una sociedad como la nuestra sin tener que relacionarse activamente con alguno de los distintos apartados que en ella se engloba.
Los grandes empresarios deben ser buenos ciudadanos también
Demasiado acostumbrados estamos a leer noticias sobre la corrupción y los enlaces que se establecen entre la cúpula política y las grandes fortunas, los empresarios de las más potentes compañías, pero esto no tiene por qué ser así, y tampoco es en todos los casos.
Cuando se respeta la diversidad, se tienen firmes valores, se defiende a los más débiles y los derechos de los iguales, entonces no solo se es buen ciudadano, sino que uno se puede convertir en un gran empresario que genere riquezas para la comunidad, dando puestos de empleo de calidad y no pensando solo en enriquecerse a costa de los demás.
Pero sacar un negocio hoy día adelante no es nada fácil y no solo se trata de buenos propósitos. Cuando no salen los números lo que necesitamos es ayuda externa, por ejemplo con un analisis interno de una empresa, del cash flow que nos proporcione las herramientas para saber dónde podemos reducir gastos para poder seguir adelante antes de que sea demasiado tarde y haya que cerrar.
[smartads]
Realizar un análisis interno de una empresa tiene como principal objetivo identificar los recursos y capacidades con los que cuenta la empresa, y de este modo conocer tanto sus fortalezas como debilidades. Estos datos permiten formular estrategias para potenciar y aprovechar las fortalezas, al mismo tiempo que se reducen o se eliminan las debilidades.
Un buen ciudadano, tanto en el ámbito personal como laboral, siente un gran respeto por el medio ambiente, la naturaleza y las distintas especies que cohabitan este planeta. En este sentido, y como empresario, siempre tomará las medidas necesarias de concienciación para que sus empleados y la comunidad se sumen a las acciones eco-friendly. Y es que un buen ciudadano y un buen empresario saben que los recursos no son ilimitados y que su mal uso y su abuso continuado está haciendo que lleguemos a un punto sin retorno, un punto sin futuro para la especie humana.
Así mismo, dentro del contexto de la legalidad, todas las acciones que acometan los buenos ciudadanos y empresarios se harán de forma pacífica y en ningún momento se ejercerá abuso de poder sobre otros ciudadanos más débiles o sobre los propios empleados. Ante cualquier acto de violencia u opresión un buen ciudadano deberá denunciar los hechos cuando es testigo y ayudar en lo posible a las víctimas.
La cooperación es la mejor base sobre la que asientan las acciones de los buena ciudadanía, que encuentran en la unión la fuerza que necesitan para ser capaces de lograr cambios en la comunidad de forma pacífica.