Créditos rápidos: ¿Para qué, y qué tener en cuenta?

Nunca antes fue tan sencillo conseguir un préstamo. Aunque es importante actuar con cabeza para evitar problemas.

La falta de acceso a crédito que se vivió debido a la crisis económica llevó a muchas personas a buscar vías alternativas de financiación para sus proyectos. También para hacer frente a pagos imprevistos, que no se podían eludir sin que la deuda aumentara. Esto, unido a las facilidades que ofrece Internet para montar un negocio, llevó a que algunas empresas comenzaran a ofrecer los famosos créditos rápidos.

Cantidades de dinero no demasiado elevadas si las comparamos con una hipoteca, pero suficientes para que quien lo necesita pueda hacer lo que se propone.

No obstante, es fundamental tener algunas cosas en cuenta, como cuál es el uso para el que se recomiendan estos créditos y cómo encontrar los mejores.

Razones por las que puedes necesitar un crédito rápido

Aunque es verdad que se puede pedir en cualquier momento y por cualquier motivo, es conveniente determinar los motivos que pueden llevarnos a pedir un crédito de este tipo. Veamos algunos ejemplos:

– Alguien pasa por el escaparate de una tienda y ve que el electrodoméstico que necesita tiene un importante descuento. Pero no cobra hasta dentro de unos días y en la cuenta tiene lo justo para terminar el mes. Sin embargo, la oferta se acaba antes y después tendrá que comprarlo a un precio mayor.

– Una emergencia médica hace que se tenga que pagar una factura elevada. El seguro se hará cargo de ella, pero antes hay que pagar y presentar después los gastos.

– Pocos días antes de que acabe el mes, llega una factura inesperada o más elevada de lo que estaba calculado. Si se paga la factura no se puede hacer la compra y la nevera está vacía.

Son algunos de los supuestos en los que encontrar prestamos gratis y sin intereses puede ser la solución acertada. Puede que haya otros, más o menos parecidos, pero sirva como ejemplo para saber que función tienen estos créditos.

Cómo elegir los mejores

Hoy, en Internet podemos encontrar tal cantidad de empresas que ofrecen créditos que puede resultar abrumador. Además, las condiciones de cada una varían, al igual que las cantidades y los plazos que manejan. Por eso, lo mejor es recurrir a los comparadores, que revisan una por una estas empresas y seleccionan aquellas que ofrecen las mejores propuestas.

Así no solo no pierdes tiempo entrando en una y otra página. También puedes encontrar de un vistazo el préstamo que más te conviene. Lo único que necesitas es asegurarte de que plazo y cantidad es la que te hace falta.

Puedes ver los mejores créditos rápidos en Milcreditosrapidos. Ordenados según propuestas, condiciones y cantidad de solicitudes.

También hay un modo de encontrar el crédito que te interesa. Echa un vistazo a los comentarios de otros usuarios que ya los han solicitado. Así podrás comprobar cuál es la forma de trabajar que tienen, condiciones e información relevante.

Asegúrate de que lo podrás pagar

A pesar de que la mayoría de ellos son cantidades pequeñas y que incluso puedes encontrar promociones en las que no hay intereses, debes ser consciente de que se trata de un compromiso financiero. Cuando pides un préstamo, te comprometes a cumplir con los plazos y pagarlo a tiempo. Si no lo haces, se generarán intereses de demora, que son bastante altos.

Es muy importante que tengas esto en cuenta, ya que los intereses por retrasarte en un pago son diarios. Lo que significa que si tardas dos o tres días más de lo que estaba estipulado, puedes tener que cubrir una deuda bastante elevada.

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No pidas un crédito para pagar otro

Desgraciadamente se está poniendo de moda pedir un préstamo con el que pagar las cuotas de otro. Hay quien asegura que es la única forma que tiene de no caer en descubiertos ni incrementar los intereses. Sin embargo, esta es una práctica peligrosa y muy perjudicial por varios motivos.

El primero es que si no dejamos de pedir un crédito tras otro, la cantidad que necesitemos será cada vez mayor. Con lo que acabaremos endeudados por encima de nuestras posibilidades.

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Otra de las razones es que nuestro historial crediticio puede convertirnos en persona de riesgo. Algo que las entidades tienen muy en cuenta a la hora de conceder hipotecas o prestamos personales. Y si de por sí es complicado que un banco nos lo conceda en circunstancias normales, con una lista de créditos solicitados uno tras otro la cosa no va a mejorar, precisamente.

Pide uno solo si es imprescindible

Como hemos comentado, los préstamos rápidos están pensados como una solución a corto plazo. Para pagar imprevistos y situaciones en las que es imposible retrasar el pago o cuando sabemos que en unos días tendremos los fondos para devolver el dinero. A veces es mejor pedir a alguien de confianza que nos deje el dinero, aunque no siempre es posible. Es entonces cuando se pueden pedir estos.

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Tenlo todo muy claro antes de dar el paso

Por último, no te precipites a la hora de solicitar el crédito. Debes tener muy claras cuáles son las condiciones que tienes que cumplir. También es bueno calcular el coste final del crédito para no llevarte sorpresas. Ten en cuenta que, aunque los trámites sean rápidos y no te pidan demasiada documentación, las empresas accederán a tu perfil para comprobar que les dices la verdad y cumples los requisitos que solicitan para dar luz verde a la operación. De lo contrario, recibirás una respuesta negativa en el mejor de los casos. Si no te denuncian por haber tratado de engañarlas. Piensa que pedir dinero con datos falsos es delito de fraude y tiene consecuencias legales.

Por ello, lee muy bien las condiciones que establece la entidad y revisa que cumples con todos los requisitos. Solo así podrás tener una experiencia gratificante al utilizar el servicio de créditos rápidos, un producto financiero muy conocido que es para muchos una alternativa a la financiación tradicional.