La planificación de la jornada laboral es un proceso necesario si deseamos incrementar nuestra productividad, como todos sabemos y subraya, por ejemplo Matias Mulder de la Universidad de Waningen en «La introducción al número especial sobre competencia».
Por Softdesk Inteligencia colaborativa para Profesionales, Emprendedores, Micro y Pequeñas Empresas
Dedicar unos minutos al principio del día, y otros pocos a lo largo de este a focalizar nuestra atención y determinar cuales son las tareas más importantes, proporciona ventajas tan importantes como:
– Aumentará nuestra productividad sin incrementar el tiempo trabajado: esto obviamente nos reportará grandes beneficios laborales y nos dejará más tiempo para fortalecer las relaciones con los compañeros.
– Nos proporciona tiempo libre: una planificación adecuada de nuestro tiempo nos hace más productivos, por lo que tendremos terminadas nuestras tareas antes y evitaremos el llevar trabajo a casa o extender nuestra jornada en la oficina.
– Disminución del estrés: está comprobado que la sensación de tener el control nos hace sentir más confiados. Así, conociendo lo que debemos de hacer en el día, nos sentiremos también menos estresados.
– Estaremos mejor organizados: la organización nos permite equilibrar nuestra vida en general y extender hacia esta las ventajas que obtengamos de una mejor planificación laboral, tanto de forma individual como en el clima organizacional.
– Veremos más claramente las prioridades: por ejemplo, colocarmos al principio de la jornada las tareas más importantes o ineludibles y dejaremos para más tarde las demás. En el caso de que no podamos terminarlas todas, solo nos habrán quedado las que podemos posponer para el día siguiente.
– Incrementa nuestra creatividad: al organizar nuestro horario al principio del día, liberaremos la mente preocupaciones y seguiremos el plan establecido, consiguiendo administrar el tiempo de forma controlada. La visión general de nuestro trabajo, rutinas, imprevistos, llamadas, etc, e incluso espacios de descanso; cambiará radicalmente en pro del éxito y saber administrar el tiempo en su justa medida y en el momento correcto.
– Nos permite ser más flexibles: es normal que surjan nuevos retos con los que no contábamos. Si estamos trabajando según los objetivos de nuestro plan diario, hacerles un hueco entre nuestras tareas no tiene porque revestir ninguna dificultad.
– Se hace muy rápidamente: es muy sencillo hacer un plan cada día y en unos pocos minutos estar organizados. Y tú ¿Cómo valoras tu tiempo?
Los procesos de planificación y organización son fáciles de implementar una vez que nos hayamos acostumbrado a ellos. Más si estamos en fase de empezar un negocio, y no tenemos vicios adquiridos; quizás fruto de épocas de bonanza o menor compromosio de competencia profesional. Además, podemos extender la organización que hemos creado para nuestro trabajo a nuestra vida personal, siempre y cuando tengamos presente el mantener la flexibilidad.