Me vendo en un Mercadillo…Digital

Sigue la pelea Precio vs Calidad. Sé que esta interminable crisis nos ha llevado a buscar los precios más bajos para cubrir nuestras necesidades, pero creo que nos debe servir para darnos cuenta que no podemos seguir esperando duros a cuatro pesetas. Pues bien, esto no es así.

El viernes llamé a un posible cliente del que una tercera persona me había informado de su interés en cambiar la que ya tenía. A parte del diseño, y de los tiempos de carga de su página, también estaba muy disgustado con el trato dispensado por la empresa de diseño web que estaba a cargo de estos trabajos. En la llamada que le hice le pregunté qué quería en su página web, qué es lo que no le gustaba de la que ya tenía, y qué debía transmitir a los usuarios que la visitasen. Como primer acercamiento creo que eran unas preguntas muy básicas y necesarias para saber por dónde tiraría el asunto antes de empezar a hablar de presupuestos y segundas citas.

Esta persona me vino a explicar que su página web era demasiado sencilla; él no la veía profesional, y que por eso su empresa tampoco lo parecía. Quería un diseño atractivo para el usuario y que transmitiera la imagen de una empresa sólida y responsable, que se preocupaba por el cliente. Que el servicio a sus clientes era lo primero. También me comentó que las imágenes que iba colgando sobre las estructuras que quería vender, y de los materiales que ofrecía, tardaban demasiado en cargar. Él quería un servidor como un rayo, que cargara las imágenes a la velocidad de la luz. El mantenimiento también debería estar a la altura. Por supuesto que querían una persona 24-365. Eso lo daba por supuesto.

Todo iba muy bien, este tipo de proyectos son los que me gustan para concodigo.com. Empresas sólidas, preocupadas por sus clientes, y que se interesaban por todos los aspectos de la web, no solo de su imagen. Incluso tenía pensado ofrecerle nuestros servicios de fotografía digital, en lo que la verdad sea dicha, somos muy buenos, y podíamos ofrecerles productos para darle mucha visibilidad a su empresa, y que haría de la experiencia de usuario algo que no pasaría desapercibido, como podían ser el Tour Virtual, o fotografías 360º para sus productos, entre otras ideas. Eso y una campaña de Marketing digital, que les posicionara en el sitio donde según él, merecía su empresa.

Pero no señores, seguimos siendo el país donde todo debe ser gratis…o casi. En Concodigo hemos hecho varios estudios de precios. De nuestra ciudad, y de varias de los alrededores, pedimos unos precios que no están ni entre los más baratos, ni los más caros. Pero ofrecemos unos servicios por los que se podría pedir mucho más. La calidad y el servicio es muy superior al precio requerido. Pero no queremos pedir esa diferencia porque sabemos en el momento en el que estamos, y hay que tener siempre la medida en todo: en pedir y en dar, pero sobre todo mirando dónde pedimos y dónde damos.

Aquí está la moraleja de este post. No podemos seguir siendo el país de las chapuzas, en el que damos poco y recibimos productos de baja o nula calidad. Porque una cosa está muy clara, el precio de las cosas es el que es y punto. Cuando alguien nos viene y nos ofrece un producto mucho más barato que otro, es por alguna razón. A veces ese vendedor, o esa publicidad es honesta y no oculta que la calidad va a ser baja, y que su producto va a flojear en muchos frentes. Pero hay otras en las que el vendedor no es tan honesto, y la publicidad es engañosa, ya que nos promete unos resultados que no van a tener nada que ver con el producto final a entregar.

[smartads]

Debemos ser realistas, no puedes pedir un servicio profesional, para ofrecer una imagen profesional, pero ofreciendo una remuneración que no llega ni para el diseño del producto. El precio concreto que quiso negociar esta persona, seguía siendo el de una empresa como la que le llevaba el asunto de la actual web. Una empresa sincera también: poco dinero, pocos servicios. Bienvenido a la realidad!

¿Habéis tenido situaciones parecidas? Contádnoslas y las publicaremos !!!