Como otros muchos mercados de nuestro país (por no decir prácticamente todos), el sector de las empresas dedicadas a materializar las campañas de comunicación a través de los elementos como corners, PLV, etcétera, está pasando por un momento delicado.
[textmarker color=»E6E60B»]Tips de Eventos[/textmarker] – Por Javier Cid de Caso – www.able-cme.com
Lógicamente, se ven directamente afectados por la reducción de presupuestos dedicados a comunicación que todos estamos viviendo.
Esta situación, desgraciadamente, ha propiciado la desaparición de la mayoría de las grandes empresas del sector y ha favorecido la desintegración y atomización del mismo. Muchos profesionales ofrecen un servicio muy específico, como pueden ser carpintería, metalistería o impresión digital con unos recursos mínimos a un coste reducido. Por otro lado están las empresas que a través de mucho esfuerzo están logrando sobrepasar este mal momento y que ofrecen un servicio integral desde la recogida de la idea por parte del cliente hasta el montaje de la campaña en la ubicación determinada.
Como responsable de Marketing de tu empresa puedes optar por cualquiera de estos dos caminos, pero la experiencia termina demostrando que optar por contratar a diferentes profesionales de esa parte del sector más atomizado y coordinarlos desde tu propia empresa ni va a ser un camino fácil, ni va a terminar siendo necesariamente más barato, ni por supuesto vas a obtener el mejor resultado. Voy a intentar explicarme.
Una empresa de servicios de fabricación integrales va a contemplar tu proyecto desde una visión general del mismo. Sólo de esa manera se pueden presentar diferentes ofertas ajustadas a tu presupuesto, proponiéndote el mismo nivel de calidad para cada una de las opciones. Es más viable desde una concepción total del trabajo estudiar en qué fases del mismo se pueden ofrecer diferentes alternativas más o menos económicas que se adapten a tí y a tu empresa al mismo nivel de excelencia. Con profesionales independientes no puedes esperar nunca ese nivel de adaptación porque les resultaría imposible, no son conocedores de la totalidad del trabajo, no tienen los elementos necesarios para flexibilizar su oferta.
Cuando contactas con una empresa que te va a ofrecer el servicio integral, desde la recepción del briefing hasta el montaje de tu proyecto, sabes que se tienen que acoger a un presupuesto aprobado, que han contemplado todas las fases de diseño y producción y que cualquier complicación que surja en el proceso va a tener que ser asumida por su parte porque suyo ha sido el error en la planificación. Sin embargo, al contratar los diferentes servicios que requiera el elemento que desees realizar a través de pequeños profesionales independientes entre sí, los errores que puedan ir surgiendo en su elaboración pueden terminar recayendo sobre tí y afectar a tu presupuesto inicial. Has de reconocerme que es mucho más difícil de controlar una partida presupuestaria cuando intervienen muchos actores y las probabilidades de que se vea incrementado el coste final es mucho mayor.
Por otro lado, en el proceso de materializar un proyecto parece lógico que surjan complicaciones o inconvenientes que en un primer estudio, al realizar piezas únicas o novedosas, no se habían contemplado. Cuando has contratado a una empresa de servicio de fabricación integral son los profesionales de las diferentes áreas (por ejemplo carpintería y metalistería) quienes van a buscar conjuntamente la solución más eficaz y rentable para tu campaña. Incluso podrás fácilmente reunirte con ellos en la fábrica en el momento que consideres necesario y buscar alternativas. Ese nivel de conexión entre profesionales independientes no lo vas a lograr, lógicamente. Conclusión: te arriesgas muchísimo a que el producto final se vea encarecido o lo que puede resultar aún peor, retrasado en su entrega.
[smartads]
En definitiva, son dos maneras de hacer las cosas. A mí me parece que suficientemente complicado es el día a día de un responsable de Marketing como para querer complicarse aún más su labor. Creo que debemos de empezar por valorar más a las empresas que dan forma a nuestros mensajes, y una vez que les tengamos reconocidas su labor y profesionalidad, exigirles lo que debemos esperar de ellos.